domingo, 14 de marzo de 2010


Quiero ser para ti como un puente sobre el rio. De este lado, tu hoy.
Del otro lado, tu mañana.
Entre ambas orillas, el rio de la vida: a veces esta calmo, a veces turbulento; algunas veces traicionero, otras profundo y barroso. Es necesario atravesarlo.
No soy Dios ni pretendo jugar a Dios. Solo El puede llevarte con seguridad a la otra orilla.
Pero si quiero ser el puente que haga mas facil tu trayecto.
Si tienes miedo, pasa sobre mis hombros. Si no quieres correr riesgos, usa mis hombros.
Si encuentras que no conviene pasar solo, usa mis hombros. Si me balanceo, no tengas miedo.
Dios me coloco en tu camino para ayudarte a cruzar el rio de la vida.
No vaciles en pisar solamente en mi. Y cuando estes por llegar, si quieres, recogeme. Pero si me entiendes bien, dejame en donde estoy: otros pasaran por mi, como tu pasaste.
Pero quiero que continues en tu caminar. Soy tu puente para muchas travesias de la vida. Si me quieres, entonces, puedes llamarme amigo.

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